sábado, marzo 18, 2006

El Tema de la Semana: Mientras Todos Duermen

Conservación de los Recuerdos



Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Historias de Cronopios y Famas de Julio Cortázar.





En la segunda edición de "De Cronopios y Famas" transmitido ECOS 93.9FM comunitaria, decimos hacer tributo a lo largo del programa e esos hombres y mujeres que permiten que el mundo siga su curso
Mientras Todos Duermen. Se trata de los trabajadores y trabajadoras del Turno de la Noche.

El creciemiento de nuestras sociedades ha incrementado las necesidades y con ellas, la importancia de estos “Noctámbulos”. Incluso muchas personas “diurnas” esperan que ciertos servicios estén disponibles las 24 horas. entiéndase:
• Atención y cuidado médico
• Protección policíaca
• Plantas eléctricas
• Servicios telefónicos
• Servicios de vigilancia
• Bomberos
• Restaurantes
• Producción industrial
• Farmacias
• Estaciones de servicio
• Tiendas de conveniencia (supermercados)
Y la lista de servicios nocturnos crece conforme se amplía el proceso de globalización.


LA REALIDAD GLOBAL




El lado oscuro de la noche

El trabajo nocturno es una realidad, y en ciertos sectores, una verdadera necesidad.
Sin embargo, hagan lo que se haga, la mayoría de los seres humanos nunca serán como los búhos. El trabajo nocturno trastorna los ritmos biológicos y perturba los horarios laborales y socio familiares. Todo ello repercute en la salud de los trabajadores y trabajadoras.

La mayoría de estas personas terminan por sufrir lo que se conoce como “síndrome del trabajador nocturno”.
El trabajo nocturno implica actividad en un momento en el que el cuerpo no desea otra cosa que descansar. El reloj circadiano (o sea nuestro ritmo biológico de 24 horas) queda trastocado, lo que se traduce por una mayor predisposición a la fatiga. Otra causa coadyuvante de fatiga es la distorsión cíclica del sueño que sufre el trabajador nocturno, ya que el sueño diurno no tiene las características reparadoras del sueño nocturno. Si a todo esto sumamos los efectos que la desincronización horaria tiene sobre el equilibrio de su vida social y familiar, podemos asegurar que los trastornos que sufre el trabajador de noche son la consecuencia del triple conflicto: biológico, laboral y socio-familiar al que está sometido.

La patología del trabajador nocturno está ligada a la fatiga y sus manifestaciones más importantes entre las que podemos nombrar:
• Trastornos nerviosos relacionados con la fatiga.
• Trastornos del sueño.
• Trastornos gastrointestinales y pérdida de apetito. (Imagínense lo improvisado de las comidas y las grandes cantidades de café que se ingieren…)
• Trastornos motores y psicológicos
Se ha comprobado que los niveles de estrés, ansiedad y depresión producto de la “turnicidad” pueden agravar los trastornos cardiovasculares y perturbar las funciones biológicas provocando una reducción de las defensas inmunitarias.

¿Y qué no se ha hecho para mantener este estilo de vida?


Actualmente existen empresas dedicadas a asistir a los empleadores y empleados durante las horas extendidas de trabajo (o sea, el turno de la noche). Las actividades de asistencia incluyen educación, entrenamiento y programas de consulta.
Por otra parte las investigaciones realizadas en este campo han llevado a la industria farmacéutica a producir medicamentos para combatir la fatiga y los efectos colaterales del síndrome del trabajador nocturno. Tal es el caso del Modafinil, un medicamento de venta bajo receta aprobado para la narcolepsia podría reducir la somnolencia y mejorar la alerta para los empleados nocturnos.
Somos conscientes de que hay toda una serie de actividades que no pueden detenerse de noche, ya sea porque son indispensables para la sociedad o porque el coste financiero sería realmente demasiado alto: servicios de urgencia, policía, industrias, etcétera.
Así pues, en definitiva – apartando a los medicamentos y a las empresas “Circadianas”, solo queda plantearse cómo organizar, de la mejor manera posible, el trabajo nocturno en bien de la salud de los trabajadores y trabajadoras.

Algunos consejos para mejorar la calidad del trabajo nocturno

1. Debe ser una opción personal (El trabajo voluntario durante el turno de la noche no parece tener efectos negativos sobre el bienestar y el rendimiento cognitivo y psicomotor).
2. Descansar en una cama por lo menos durante 6 ó 7 horas diarias, incluso aunque no se duerma todo el tiempo.
3. Organizarse para dormir en buenas condiciones: desenchufar el teléfono o conectar el contestador, desactivar el timbre o poner un cartel en la puerta, oscurecer suficientemente la habitación, ponerse tapones en los oídos, etc.
4. Tomar una comida caliente entre dos y tres horas después de levantarse, antes de comenzar el turno nocturno, por ejemplo, hacia las 6 de la tarde. La alimentación –no sólo durante el periodo de turnos de noche- debe ser alimentación liviana, si es posible cocida, baja en calorías y grasas.
5. Para mantenerse alertas durante el mismo trabajo de noche recomienda moverse, salir a caminar, evitar dentro de lo posible las tareas monótonas, exponerse a una buena luz, a ruidos, olores y cambios de color.
6. Mantener relaciones sociales: intentar adaptar el tiempo al de su familia, hacer una comida con los allegados, mantener contacto con otros trabajadores nocturnos durante el tiempo libre.





EL CUENTO URBANO



Nos cuenta algún Noctámbulo de la ciudad de Mérida: “Estas noches que he trabajado, he visto como duerme la ciudad, como cuando todo el mundo descansa en sus camas calentito, hay gente en la calle poniendo todo en orden para que por la mañana parezca que nada ha pasado.
Es sorprendente la cantidad de accidentes de tráfico, robos, y “sucesos paranormales” que ocurren de noche, y las de vueltas que da la policía y bomberos para estar en todos los sitios críticos. Realmente es un trabajo duro, no hay apenas nadie en las calles, todo esta en aparente calma y silencio, pero sientes que siempre hay alguien mirando, que en cualquier momento, algo puede suceder. En fin….como yo lo llamo: son las movidas que tiene la noche”.

Quizás Uds. ya habrán escuchado a más de uno decir: “… ando como que arrastrando la cobija de cansancio…”

En la ciudad existen múltiples historias que relatan las aventuras y desventuras de un grupo seres humanos convertidos a vampiros por obligación y profesión.

La Historia de Martita, recepcionista de un hotel

Martita, hoy ha visto "BATMAN BEGINS" (que por supuesto pudo bajarse de Internet en una de esas noches de faena), y hay una escena en la que el mayordomo despierta a Bruce Wayne y éste le contesta desde la cama que los murciélagos trabajan de noche y que no quería de levantarse, escena clásica en la vida de las personas noctámbulas…

En la película no suceden las cosas siempre de noche, pero casi, y ha movido un sentimiento que llevo ya tiempo arrastrando: la sempiterna noche que vivimos las personas noctámbulas hace que el ánimo muchas veces esté por los suelos.
Martita lleva ya unos cuantos días sin ver el Sol, y la verdad, a la larga eso pesa.
Su turno es de 11:30pm a 7:30am, llega a casa a las 8 o a las 8:15 como muy tarde, desayuna y se acuesta antes de las 9, con lo cual el poquito Sol que he podido ver es una tenue luz mañanera; luego se paso las horas intentando dormir (aunque generalmente no les cuesta dormirse), pero claro los demás tienen una vida normal y hacen ruido, ya sea en la casa, en la calle, en la casa del vecino, o ya sea que hay alguna obra en el edificio o algún ciudadano mal estacionado y otro ciudadano pitándole, en fin… la lista es larga. Martita trata de dormir 8 horas por lo menos, que ya es decir mucho, pero 8 horas de sueño de día no son 8 horas de noche y claro mientras que se despabila, se levanta y come algo, le dan por lo menos las 6 de la tarde y a esa hora ya comienza a anochecer noche... con lo que otro día que se le fue sin ver el Sol.

El caso es que viendo Batman, Martita se ha dado cuenta que no solo los recepcionistas de noche tienen ese problema; no es que no lo hubiera pensado antes, pero sí le ha dado más importancia a que hay mucha más gente con este con esa misma realidad: médicos, policías, enfermeros, bomberos, taxistas, locutores de radio, astrónomos, panaderos, basureros, vigilantes, obreros, etc, etc, etc... y todos o casi todos tienen algo en común: son los que solucionan los problemas que se han arrastrado por el día, y ahora Martita puede poner en esa lista una profesión más, la de Batman: superhéroe.

Y aunque no sirva de mucho, el incluir esta profesión, Martita se ha animado, porque el solucionar problemas a veces te hace sentirte bien, casi como se siente un superhéroe...





Son las 11:00Am del 18 de Marzo de 2006...
El miercoles pasado fue la SEGUNDA edición de "De Cronopios y Famas", estaba lloviendo, como de costumbre una cadena presidencial fue preambulo de nuestra transmision, los cronopios, famas y esperanzas de Merida volvian a sus casas hipnotizados por un ritmo urbano, casi musica, incierto... que parece no detenerse.

Hoy es sabado y estamos a 04 días de la TERCERA edición de "De Cronopios y Famas". Aun no tenemos idea sobre el tema del próximo programa... asi que haremos unas excursiones a centro de la ciudad en espera de que sean los rostros en las calles las que nos hablen.


Al fondo suena: Pájaros de Barro del Último de la Fila

sábado, marzo 04, 2006

El Tema de la Semana: Los Escuchadores

VIAJES

Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.
Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".

Cuando los Cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los Cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los Cronopios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan.

Historias de Cronopios y Famas
de Julio Cortázar


LA REALIDAD GLOBAL

"Escuchador", una nueva profesión contra la soledad

Un hombre de 29 años identificado como VanDame Hirakota, nombre que responde a un seudónimo, se sienta cada tarde en una céntrica estación del metro en el área metropolitana de Tokio. En el pecho, lleva un gran cartel, que no pasa desapercibido, y dice simplemente: “Te escucho”.

Hirakota es un profesor particular que quiso ser actor. Despedido de una compañía de teatro se le ocurrió distraer al público con sus ocurrencias en un improvisado escenario callejero.

Cuenta que hace ya tres años, al mirar al auditorio, advirtió que muchos espectadores preferían ser escuchados a oír sus ocurrencias; esto le hizo cambiar de trabajo. Se convirtió en lo que él mismo llama “escuchador”. Las personas acuden a él para abrirle el corazón y exponer sus problemas.

Hirakota no da consejos; se limita a escuchar, eso es todo. Dice que ha puesto sus oídos a disposición de unas doce mil personas a un ritmo de cien por semana. Ha escuchado a hombres de negocios, empresarios, profesores, obreros manuales, monjes budistas y hasta psicólogas, a pesar de no poseer ninguna certificación académica que le acredite como psicólogo o sociólogo.

Los “Escuchadores” han oído cientos de historias, la mayoría de ellas tristes. Saben de divorcios, rupturas amorosas, insatisfacción sexual, quiebras financieras, problemas en los estudios, en el trabajo y hasta de las peleas con el vecino.

Hirakota nos cuenta de una mujer q le habló sobre los planes de divorcio de su marido que estaba a punto de jubilarse y un profesor de una escuela primaria le confesó que no sabía de qué manera podía comunicarse con los niños. Según la socióloga Yuko Kawanishi, "este fenómeno muestra que la comunicación entre las personas, incluso en el núcleo familiar y en el trabajo, se ha debilitado".

"A través de lo que me cuenta la gente se pueden ver los problemas y la distorsión que están latentes en la sociedad", comenta el "escuchador"

Pero Hirakota no es el único. En las calles más concurridas de Tokio se han instalado escuchadores voluntarios que tratan de aliviar un padecimiento del alma humana que aumenta sin cesar en las sociedades opulentas: la incomunicación. La falta de comunicación nos está convirtiendo en estatuas de mármol. Hemos reducido la existencia a cuestión de músculos, nervios, huesos y materia pura; átomos perecederos. Nos hemos tecnificado e industrializado, hemos progresado en la escala social, pero nos morimos de soledad interior.

¿Y cuales son los requisitos para ser “Escuchador”?

Para ser "escuchador" no se requiere de título profesional, solo se necesita un taburete y una mesa. Tampoco es indispensable dar consejos, brindar soluciones u ofrecer consuelo. Solo hay que disponer de tiempo, paciencia para oír lo que otro quiera contar y eso sí mucha discreción.

>Quienes buscan ser escuchados generalmente acuden a las aceras que rodean las estaciones de tren de Shibuya y Shinjuku –en pleno centro de Tokio– porque los "profesionales" de este oficio no son muchos ni están en todas partes. Eso sí, están bien ubicados porque por los alrededores de las estaciones Shibuya y Shinjuku transitan diariamente entre tres y cinco millones de personas de las 20 millones que viven en la capital nipona.

Nos hemos convertido en una sociedad de solitarios, aunque la frase pueda parecer que lleva aparejada una contradicción; estamos solos en medio de la multitud. No tenemos quien nos escuche; ni en el trabajo, ni en la casa, ni entre los amigos. Tenemos a gente por encima de nosotros, por debajo de nosotros, pero casi nadie a nuestro lado. Queremos hablar, tenemos cosas que decir, nos urge vaciar el corazón lleno de inquietudes, pero nadie nos oye. En la sociedad actual, que económica y psicológicamente presiona a la gente, cada individuo lleva una vida acelerada, y eso no deja la suficiente energía ni el tiempo para escucharnos y escuchar a los que nos rodean".


EL CUENTO URBANO

Carmen es una señora de linda sonrisa que vive en una pequeña ciudad rodeada de montañas donde aun se respira cierto aire de antaño.
Carmen era una mujer algo sola; tiene un solo hijo y varios nietos que con el tiempo se fueron convirtiendo en hombres y mujeres con una vida de ritmo... "agitado", como el resto del mundo.

Hace 11 años Carmen abrió una pequeña tiendita en el centro de la ciudad, en una de las calles con viejos edificios y familias con casas coloniales que han vivido allí por generaciones.
Carmen es madre, abuela, educadora, mártir, vendedora, muy buena vendedora... pero su mejor profesión es ser escuchadora.Todos los días Carmen abre su tiendita, atiende a la gente con extrema amabilidad, a veces algunos entran y compran algo (porque ella vende de todo), otros pasan y gritan: 'Ñaaa Carmen! Como está???... pero NUNCA pasa un día sin que al menos alguien entre en busca de alguna tontería y termine contándole su vida, liberándole la insoportable carga de pena, tristeza, dolor, ansiedad y confusión a una desconocida de rostro cálido, discreto, sabio, que simplemente los ESCUCHE.

Carmen ha tenido que espantar algunos cuantos locos, puede esquivar con gran destreza a los comerciantes, tiene algunas deudas, pero ha hecho muchos amigos (que en secreto se refieren a ella como "La Doctora Corazón"...).
Carmen ha estado pensando en cerrar su tiendita, ya se siente algo cansada...
Pero cada vez que piensa que estará sola en su departamento, le amenaza un terrible vacío... y decide continuar.

Existen muchas "Carmen" en el mundo... algunas acogidas en el seno en pequeños poblados, otras en las esquinas grises de las grandes metrópolis donde en muchos casos a veces no hay tiempo (o dinero) para los amigos, el psicoanalista o la familia.Siempre seguiremos siendo humanos... solo que ahora con mayor necesidad de preguntarnos ¿Como defendernos de la soledad?


Son las 11:06pm del 04 de Marzo de 2006... hoy es sabado y estamos a 04 días de la PRIMERA edición de "De Cronopios y Famas". Ya terminamos de escribir el guión... Y la musica, tambien.


Al fondo suena: Alguna canción de Charly Parker